jueves, 6 de mayo de 2010

Algo que esconder

Es tan dolorosa, físicamente dolorosa la ambigüedad de los sentimientos en nosotros los humanos. Como es que podemos esta felices, muy felices pero a la vez tristes y nostálgicos. El saber que no puedes ser sincera con el mundo porque simplemente no entiende.

Tener en tus manos, en tu memoria tantas cosas que te hacen feliz y callarlo todo, tener que esconderlo todo solamente para protegerlo. Es agobiante, es terriblemente censurador.

Personas increíbles con las que pasas los momentos mas alegres. Todas las risas, los comentarios, los inventos, las historias, esa complicidad que solo puede hacer reír a quien lo sabe. Con quien realmente puedes ser tu y el resto del mundo no te importa en ese momento y cualquier cosa que pase a tu alrededor te da igual. Te importa poco hacer tonterías y que te volteen a ver porque disfrutas el momento, porque nada se le compara.

Porque así sin mas puedes voltear a ver a tus amigos y como en una película ver las cosas en cámara lenta y de esta manera quisieras grabar cada momento para cuando necesites reír simplemente rebobinar la película.

Pero la angustia de saber que lo tienes que mantener cautivo de casi todo el mundo. Te carcome y solo sientes un poco de confort al saber que hay alguien que te conoce lo suficiente y te quiere y apoya lo suficiente como para reconocer y querer a su vez aquello que te hace feliz y te hace bien.

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