jueves, 6 de mayo de 2010

La vida… tu vida


Como es que nos pueden confundir nuestros propios sentimientos, nuestro propio saber. Los conocimientos recolectados desde hace años. Y en un momento nos vemos atrapados en este lugar desconocido, un lugar en donde no hay esquinas, no hay curvas, salidas o entradas. No es blanco pero estas seguro de que no es negro. Quedas ciego, sordo, mudo. No sientes nada, ni siquiera te sientes a ti mismo.

Es como cerrar los ojos y escuchar una hermosa pieza de orquesta, pero con una angustia clavada en todo el cuerpo.

El enojo, el amor, la angustia. Tantas cosas que nos llegan al cuerpo todos los días. Somos humanos, hay cosas que no podemos controlar y sentimos que son extremas a nuestro contener. Explotas, gritas, lloras. Como descargar mejor esa interioridad?.

Lo cierto es que no hay formas buenas ni formas malas, pero en definitiva no podemos; ni debemos, quedarnos callados. Las cosas que se estancan en el corazón y en el cuerpo a la larga nos carcomen, nos acaban.

Grita, corre, escribe, trabaja, ama, has lo que tengas que hacer, lo que te sea necesario pero exprésate. Vive tus sentimientos plenamente. Confía en ti mismo y equivócate. Si es que te equivocas, trata con todas tus fuerzas de solucionar tus errores. Y si no es posible trata de vivir lo mejor que puedas las consecuencias de las cosas. Pero nunca te arrepientas.

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