miércoles, 14 de octubre de 2009

Escritoras, cocina y amor



“ A la mesa y a la cama una sola vez se llama”… Culturalmente las mujeres siempre estaremos atadas a estos dos conceptos, el amor y la cocina y sobre todo en México. No es que sea la generalidad ni mucho menos, hay mujeres que cocinan pésimo y conozco a hombres extremadamente enamoradizos.

Pero no escriben sobre cocina por estas razones. La sensualidad de una cocina y de una comida bien hecha puede hacer que el amor mas puro pueda entrar por todos los sentidos. El olfato al dar el caldo el primer hervor, los ojos al ser presentado un colorido plato, los labios, el gusto al por fin poder dar el primer bocado. Porque un plato de comida es mas que solo eso.

La comida puede ser tan sensual como nosotros queramos que sea. Y no me refiero a los tan aclamados afrodisíacos, que no son más que los componentes químicos de cada ingrediente al hacer efecto con el cuerpo y me atrevería a confesar que es solo psicológico. No son únicamente los mariscos como muchos creen, en realidad infinidad de frutas, especias, sales, vinagres, y combinaciones dan los mismos efectos. Lo importante son los colores, los sabores, los olores de la comida. Y mas importante aun, con quien los comamos y que sentimos por esa o esas personas.

Algunos de los recuerdos mas vividos a lo largo del tiempo seremos capaces solo de evocarlos con el olor de un plato. El olfato tiene mejor memoria que el cerebro, por esto, es posible que a los 40 años una nostalgia enloquecida se apodere de nosotros y nos toque el corazón al recordar ese plato de sopa de fideos que solo nuestra abuela sabia preparar, o la tía que aunque no fuera muy buena en la cocina siempre era capaz de consentirnos con un delicioso plato de lentejas. Y no se hable del sentido del gusto, y esto sucederá con un sencillo plato de cereal con leche por la mañana cuando recordemos nuestra infancia, las risas y la sencillez de nuestras vidas que siempre añoraremos regrese, o el inigualable sabor de un jugo de naranja que el día de tu primer aniversario de bodas te llevaron a la cama con una rosa.

La cocina por si sola ( o no se si solo para mi) es un lugar sensual, tenga comida en la estufa o no. Nótese que existe una abismal diferencia entre la sensualidad, la sexualidad, el amor y el enamoramiento. En realidad algunas vienen juntas y no puede existir una sin la otra como el pescado y el limón o la salsa tártara. Pero la cocina en si provoca infinidad de sensaciones, de inicio el calor que me atrevería a decir es el factor mas decisivo. La cercanía de las cosas, y de las personas, realmente un buen lugar para compartir.

No solamente Laura Esquivel nos enseña todos estos detalles que a simple vista muchos somos incapaces de oler y sentir, y nos limitamos solamente a engullir, masticar y deglutir. Sin saborear que es cada cosa, sin permitir preguntarnos a nosotros mismos que es lo que sentimos al probar algo, sin ocuparnos en recordar con quien estábamos en el momento que lo comimos para después recordarlo con cariño, o con odio o con resentimiento, pero recordarlo al fin. Damos tan poca credibilidad a nuestros sentidos que no apreciamos las cosas pequeñas y la sensación de cosquilleo dulzon que nos provoca el clavo o la rugosidad y aroma que nos deja el comer un pétalo de rosa.

“Las manos expresan nuestras intenciones: acarician, confortan, castigan, trabajan. La buena mano para hacer una salsa es como la buena mano para dar un masaje, un atributo valioso y escaso.”

Es importante del humor que este el cocinero, es cierto eso de “ si la salsa quedo picosa es porque estaba enojado”, o “ Salo la sopa, ha de estar muy enamorada”. Pero no solo eso sino que la comida quedaran más rica si no han hecho enojar a quien la prepara.

El cocinar es dar amor, no solo amor de pareja, amor a los amigos, amor a la familia, o amor a cualquier desconocido. Las ollas, las cucharas y ni se diga los cuchillos son temperamentales. Fríos, insensibles algunas veces. Pero ruidosos compañeros en la faena diaria.

Pretenciosos y caros platos de cientos de dólares, en distantes restaurantes de moda. Pueden hacernos sentir extrañamente insatisfechos. Pero la cocina de la señora de la esquina que conoce que el arroz solo te gusta bien calientito y sin reventar, o simplemente unos tacos con los amigos o una pizza con la persona que amas siempre dará mas satisfacción al cuerpo y ni se diga al corazón.

A la mesa y a la cama una sola vez se llama -Laura Esquivel-

Buen día , locos, lectores,actores,almas perdidas,dictadores reprimidos,fashinistas y en general todo aquel que quiera entrar a visitarnos a mi y a esta cosa recién nacida...

Seran participes e importantes testigos desde muestras de cariño, de odio, reflexiones vacías,piscologia barata y una que otra canción de mi repertorio favorito ...¿que buscan?,¿que necesitan o creen necesitar?...pregunten...comenten, puede ser que encuentren una buena respuesta o por lo menos una que les haga reir

Saludos cordiales y nos estamos leyendo